Monday, September 16, 2013

El entetanimiento – Parte 1

¿Habrá alguna manera integral de cualificar a la estupidez humana?, pues me pregunto por las propiedades de mi propia estupidez. Lo digo pues recién me encontré, por espacio de algunos días, con un modo de pensar que ahora le veo muy poco sentido. El asunto gira alrededor del concepto «entetanimiento» — «tittytainment» en inglés.

El concepto refiere, en parte, al efecto de permanecer —voluntaria o involuntariamente— distraído o por completo inconsciente de lo que sucede con la globalización de las formas rapaces del neoliberalismo político-económico.

El estudio del concepto pertenecería, justificadamente, a las disciplinas de la filosofía política, la sociología, la economía, la psicología y otras donde se lleve a cabo el esfuerzo necesario para formarse opiniones balanceadas y justas. Para alguien común y corriente como yo, lo que está en mis manos es indagar y reflexionar sobre la diversidad de opiniones que suelen publicar los autores en tales disciplinas. Por supuesto, también está en mis manos reflexionar e intentar hacer preguntas pertinentes con base en mi propio raciocinio, en mi capacidad para dudar y en mi experiencia propia.

Mi situación inició al encontrar interpretaciones del entetanimiento que se presentan como teorías conspiratorias; es decir, como si el entetanimiento fuese el resultado de la confabulación secreta de algunos poderosos multimillonarios en contra de la mayoría de la inocente población, y con el trillado objetivo de controlar a las masas en favor de una elite. Por un rato me encontré influenciado por dichas interpretaciones, que irónicamente toman la forma de la propaganda que precisamente pretenden denunciar.

Como individuo que intenta pensar por sí mismo, sí es necesario explicarme los problemas que observo en la sociedad al alrededor mío, pero no puedo aceptar explicaciones inverosímiles sin más. La realidad de los problemas sociales es multifactorial, y el esfuerzo para lograr esquemas teóricos explicativos no es trivial. Y como las teorías conspiratorias representan una puerta demasiado fácil, una que despacha el problema de un solo plumazo, pues no son aceptables en su totalidad. Quizá tengan algún rasgo digno de investigarse más a fondo, pero su tono en general orientado al sensacionalismo aporta en su contra.

No afirmo que el entetanimiento no exista sino que su interpretación como una teoría conspiratoria aporta más para la desatención que para entender cabalmente los problemas de fondo.

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